Francisco Lorenzo González, un joven escritor de Salamanca, acaba de publicar su nueva novela, titulada La cárcel de cristal. Pese a que en sus inicios se decantara por la fantasía, con La nigromante y Crónicas de Dalsinia, ahora, con veintitrés años, se sumerge en un nuevo género literario: el histórico.
Francisco Lorenzo González, un joven escritor de Salamanca, acaba de publicar su nueva novela, titulada La cárcel de cristal. Pese a que en sus inicios se decantara por la fantasía, con La nigromante y Crónicas de Dalsinia, ahora, con veintitrés años, se sumerge en un nuevo género literario: el histórico.
La literatura: algo más que palabras escritas
Si algo caracteriza a este escritor es su capacidad para llegar a las personas, hacerlas reflexionar sobre cuestiones de la vida e intentar inculcar una educación, que a veces, en la sociedad actual, es un mero trámite y no un verdadero aprendizaje. Por ello, cualquier obra literaria, a juicio de Francisco Lorenzo, no solo debe de ser un texto de historias más o menos bonitas, sino una creación que, además de deleitar, enseñe valores de vida. Ya sea en una novela de fantasía, en un thriller histórico o en cualquier otro estilo literario, las páginas de un libro deberían contener enseñanzas tan fundamentales como el respeto hacia los demás, para que al leerlas conduzcan hacia la tolerancia que proporciona la sapiencia.
Esta visión de la literatura y del gran papel que aporta este arte, ha llevado al citado autor a escribir una novela dura, crítica y socialmente necesaria en un tiempo en el que los extremismos están emergiendo. Recordar el pasado permite corregir algunos de los errores del presente. La cárcel de cristal transmite la dureza de lo que supone vivir en una dictadura, donde personas inocentes, enfermos y toda una serie de colectivos sufrieron la opresión de un Estado, porque esos extremismos, pasados y nacientes, lograron triunfar en un momento negro para la Historia de España.
La cárcel de cristal
Esta novela, va camino entre un thriller psicológico y una ficción histórica ambientada en el manicomio de Miraflores, y su protagonista es una periodista crítica al Régimen. No es fruto del azar que este joven escritor haya elegido un personaje así en un tiempo en el que el periodismo, en numerosas ocasiones, es juzgado y cuestionado por las jerarquías políticas.
En un lugar reservado al sufrimiento y a la desesperanza del ser humano, como lo es un hospital psiquiátrico, Francisco Lorenzo hace una crítica social a diferentes situaciones, tratando temas como la violencia machista, la persecución a los homosexuales y la dureza a la que se enfrentan personas que no saben dónde tienen enterrados a sus seres queridos. No obstante, si algo planea durante toda la obra es cómo una reclusión injustificada puede llegar a cambiar a una persona hasta hacerla irreconocible.
La cárcel de cristal es de esos libros que hacen reflexionar, ponerse en el lugar de la víctima y preguntarse qué haríamos en su lugar: si decantarnos por la justicia o ceder a la venganza en un impulso que puede condenarnos de por vida. Pero también, es una novela llena de emoción, en la que se ha volcado el conocimiento y el corazón de un historiador.
Artículo publicado en el periódico de La Razón por Maica Rivera.
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